lunes, 7 de septiembre de 2015

ECHAR LA CULPA A LOS DEMÁS

LA ACTITUD DE CULPAR A LOS DEMÁS

Profe. Oxio Ramos

     La humanidad ha transitado a lo largo de los siglos a través de variadas etapas de evolución en las cuales se ha sustentado para dar paso a los diferentes cambios trascendentales que la hacen ser una comunidad extraordinaria,  con innumerables formas de ver, aceptar, crear, y orientar todas las acciones que están encaminadas a mejorar el desenvolvimiento de los seres humanos, haciendo énfasis principalmente en esa manera como se interrelaciona con el resto de las personas del contexto donde habita.
     Es bien conocida la regla que cada individuo es moldeado por las constantes informaciones que recibe desde el momento de la concepción  así como todo lo que percibe lo largo de la vida, siendo esto un modelo adquirido todas las relaciones sociales como la cultura, los valores, pensamientos, sentimiento, lenguaje, creencias e ideales políticos.
     Todos estos elementos contribuyen a fortalecer la psiquis social y espiritual del hombre, mujer, niño, niña dando como resultado un ser equilibrado en sus actuaciones teniendo un amplio margen de diferencia en el razonamiento; pues cada persona tiene una connotación de pensamiento, análisis y forma de ver las cosas distintas.
     Pero ello conduce a entender que cada sujeto es responsable de sus expresiones de sentimiento, expresión del lenguaje tanto critico como el de apoyo, y a veces también se toma en cuenta el lenguaje gestual.
     Visto desde esta perspectiva, se encuentra que a través del lenguaje expresivo todo ser humano tiene la capacidad de expresar ideas, recomendaciones, advertencias, pensamientos y sobre todo comunicarse con sus congéneres en diferentes momentos de tiempo, y con razonamientos diferentes, es decir a cada circunstancia la trata de forma distinta.
       Pero desde esta posición se encuentra algo que ha venido preocupando a muchos,  tanto estudiosos, como a personas sin ningún nivel académico científico es decir personas naturales o independientes exclamando de la siguiente manera interrogativa   ¿Por qué algunas personas tienden a echar culpas a los demás?
       Resulta muy llamativo que muchas personas siempre que fracasan tienden a culpar a alguien por lo cual ellos no pudieron lograr su objetivo, mirando detenidamente esta situación se presentan diferentes fracciones de acontecimientos que reflejan lo que hay detrás de este tipo de actitudes como se plantea en lo sucesivo de este artículo.
      Algunos seres humanos manifiestan el típico error de culpar o de buscar culpables en lo exterior de sí mismos ante cualquier situación donde no sean favorecidos, casi siempre los sujetos olvidan decir me equivoque, más bien redundan en expresar por culpa de la lluvia, el auto iba muy lento, el funcionario llegó con dos horas de retardo en fin una gama de objeciones muy negativas donde se indica a un culpable.
     En consecuencia todo este andamiaje de apreciaciones indebidas van haciendo una persona poco confiable, desligada de los compromisos y sobre todo con una incipiente capacidad para ser leal tanto a ella misma como a otra persona en particular.
     La mala actitud de culpar a los demás es una construcción subjetiva  de un sujeto no es un patrón conductual que esta fuera de él, es un ente que se alimenta de sus producciones mentales de pensamiento, es decir habita en él y por consiguiente no recibe fortaleza de lo exterior, todo se produce dentro de la constitución  psico mental de cada persona que adopta este tipo de conducta inadecuada.
     Conforme a esto es importante conocer que algunos aplicados al campo de la psicología han encontrado que este tipo de conductas son creadas en el interior de la persona, por lo que sostienen.  
      Este tipo de actitudes la asume aquellas o alguna persona después de un resultado poco favorable en su vida íntima personal o profesional.
      Infinidad de personas se dedican en ir culpando hasta la misma vida porque no son o fueron personas importantes, en muchos casos van culpando a los padres porque no tuvieron una buena posición económica.
      A muchos,  se les suele escuchar,  mis padres no se interesaron en que yo estudiara y fuese alguien en la vida; no obstante los padres dieron todo y ellos no aprovecharon, se fugaron del colegio o de la universidad, también arremeten y van culpando a sus patrones o jefes porque los despidieron sin ningún sentido en fin se cree que este mal se extiende en casi todo el planeta o es únicamente un problema de los países hispano parlantes latino americanos.
     Al evidenciar todo este trasfondo  complejo que irradian estos seres humanos, es propicio argumentar que el medio más cómodo para esgrimir ciertas expresiones contrarias a las buenas actitudes  es el echar la culpa a alguien, como suele decirse salir del paso en una situación determinada.
     Volviendo a tomar referencia sobre los estudios realizados conforme a la actitud de echar la culpa se encuentra que muchas personas se dan cuenta que están en un craso error pero no desisten de él, consideran mejor continuar aferrándose a pretextos y alegatos para demostrar que no son lo que las personas creen.
     Es posible que el modo de echar la culpa se haya convertido en una manera de vivir para muchos.
     Dado este extracto de apreciaciones,  es importante saber que es bueno que este tipo de persona conciencie que está cometiendo un grave error siendo muy imprescindible tomar una nueva manera de desenvolverse por la vida, sin escatimar los esfuerzos de superarse y no causar molestias en las demás personas.
     Tomando todas las apreciaciones conocidas sobre esta actitud o conducta cabe destacar que se pueden establecer las siguientes interrogantes para tener una idea del origen de esta condición personal ¿Dónde se fomentó esta forma de actuar de la persona? ¿Comúnmente quienes manifiestan estas conductas negativas? ¿Tienen los padres algo que ver en esto?
      Desde esta concepción, se tiene que la vida es una escuela de aprendizaje permanente donde se integran una variadísima gama de sucesos abstractos y concretos que influyen directamente en la mente del ser humano, situaciones que va asimilando, acomodando, y expresando, esto último contemplado en la teoría piagetiana, en consecuencia todo lo que se desarrolla en el entorno de la persona incide directamente en su actividad de aprendiz, entonces partiendo de esta idea se puede expresar que este hábito de culpar a los demás tiene su origen en el ambiente cotidiano en el que ha interactuado la persona, cabe destacar que las malas actitudes no se enseñan directamente; pero se aprenden sutilmente de un sujeto a otro.
     Conforme a esto estas actitudes se presentan más en niños también en adolescentes, en  jóvenes con sus padres, también se sabe de adultos sobre protegidos en su niñez y adolescencia, que se malcriaron, fueron criados bajo el continuo engreimiento un proceso bastante inhabitual que da resultados absurdos en la vida futura de los seres humanos, la mayoría de las veces estas personas se sienten con autoridad para evadir cualquier responsabilidad, o cuando la enfrentan,  al primer momento que algo no va bien o sale mal terminan radicalizando la culpabilidad en terceros.
     En este sentido se cree que los padres tienen alguna culpa en la aparición de estas actitudes negativas, debido a que a ellos le esta concedida la crianza de los hijos, la formación en valores y todas aquella buenas costumbres. Mas no es la intención culparlos directamente, se sabe de padres que han dado todo lo mejor a sus hijos y estos han desvalorizado los esfuerzos titánicos del padre y de la madre en función de poner en práctica las enseñanzas hogareñas, se tiene conocimiento que muchas de estas actitudes pueden ser aprendidas de otros, o si bien es cierto cada ser humano tiene libre albedrío, es dueño de sus actos y es quien decide qué camino tomar si el del bien o del mal.
     En otro orden de ideas cuando se busca conducir a una persona a buscar mejorar o erradicar esa conducta no es fácil debido a que es una conducta que se encuentra sembrada en las emociones del sujeto por ello se aplican infinidades de métodos y en particular no basta, no basta los llamados de atención, los reproches, las palabras sencillas, consejos; porque ocurre que estas personas se creen perfectas y nunca aceptan ningún tipo de crítica.
     Uno de los principales factores que impiden que la persona acepte la crítica es el ego, que les habla al interior estas premisas: no necesitas mejorar, eres perfecto o perfecta, eres lo máximo, quien es esa persona para pedirte que cambies, en fin una lluvia de subjetividades se generan dentro del ser.
     Por consiguiente el ego es un veneno en determinados momentos lugares y tiempo, el ego es un mecanismo de defensa  que está presente en las emociones de las personas como lo puede ser el miedo pero este mecanismo no puede absorber a la persona; un ser consciente no puede quedar a expensas de su propio ego es imposible.
     Cada ser humano debe vestiré de sencillez y cordialidad para relacionarse con sus semejantes e ir tomando en cuenta todo aquello que le ayuda a desenvolverse en la vida, y una de las acciones más elementales que se deben llevar adelante es reconocer los errores, estar conscientes de estos, comprender que somos objeto de equivocaciones, que se tienen debilidades y sobre todo estar prestos a oír cualquier corrección con mansedumbre, pues son estas las que van a ir moldeando una nueva actitud, está claro que los procesos psicológicos de la mente no se parcializan con los sentimientos,  más bien son el asiento de nuevas emociones, actitudes, fortalezas y razonamientos.
     A manera de conclusión, queda claro que para ningún ser humano es tan fácil aceptar la culpa ante un determinado problema o situación, en este sentido es necesario recurrir  a la sensatez, porque un ser sensato lleno de cordura reconocerá la culpa, para el sería peor esconder el rostro u agachar la cabeza, la condición de los seres humanos es compleja en gran manera y siempre construye otros efectos por los que tratan de sentirse recompensados o aprobados.  
     Es muy importante que se descubra la conciencia clara de madurez y aceptar la culpa, debido a que esta iniciativa conduce eficazmente a obtener beneficios en lo afectivo, personal, profesional y social.

     He aquí algunas expresiones que se deben tener en cuenta cuya autora es la psicóloga Olga Otero: ¡lo siento!, ¡me equivoqué!, ¡te entendí mal!, ¡Fui descortés!, ¡fui antipático!, ¡me porte desagradable!, ¡discúlpeme!, ¡ese error lo cometí yo

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