lunes, 31 de agosto de 2015

CRECIMIENTO LABORAL

REFLEXIONES SOBRE EL CRECIMIENTO EN EL ÁMBITO LABORAL.

Por Prof. Oxio Ramos
     
Es común escuchar a muchas personas que se desempeñan laboralmente en puestos que consideran inferiores, expresar ¡Quiero crecer pero nadie me da una oportunidad!, siempre dejan ver en sus exclamaciones que no hay un espacio adecuado para crecer, realizarse en el plano profesional o gerencial cargos o puestos más altos en ese lugar.
     Imprescindiblemente, ese tipo de razonamientos no es el más idóneo, es cierto que a nivel de instituciones tanto empresariales como en otras puede haber competencia a nivel de altos cargos dicha competencia también se genera en los cargos de menor estatus, esto deja ver una realidad de la vida institucional que no está exenta de opiniones y de ventajismo entre sus empleados.
     El principal detalle de este tipo de rivalidades conduce a que cada empleado se esfuerce por ser el mejor y realice sus actividades con la finalidad de llamar la atención del o los superiores.
     En este sentido, lo que la mayoría de los trabajadores no entienden es que están precedidos por una ley causal o la ley de la EXCLUSIVIDAD; todo lo que es especial y escaso es valorado grandemente, de igual modo todo lo que es común y ordinario será desvalorizado.
     En el mundo empresarial se manejan muchos criterios que tienen una finalidad única “el crecimiento de la empresa”, por  lo que a muchos empleados se les sugiere duplicar sus esfuerzos laborales, en esto tiene gran importancia el liderazgo que cada uno de ellos desarrolle.
     Cuando las empresas se ven comprometidas en gastos imprevistos, como aumento de sueldos entre otros que la conducen a  invertir capital, rápidamente inician el proceso de despedido de personas y desde esa posición la empresa fundamenta un criterio por situación de continuar la estabilidad, surgiendo la interrogante ¿A quién despedimos? y ¿A quién mantendremos?, allí surge el rol de los que son indispensables para esa compañía, es decir se mantendrán los que producen ingresos para esta, los que se desempeñan adecuadamente, mientras que aquellos poco eficientes saldrán.
     Generalmente, los que lideran una fuente de trabajo tienen una responsabilidad mayor la cual es encontrar a empleados talentosos que puedan mantener la posición de la firma empresarial o de las instituciones, cualesquiera que sean, es algo un poco complicado debido a que se debe tener un buen ojo avizor y supervisor que vaya observando el desenvolvimiento del personal ¿Quién se destaca más?, ¿Cuál persona es confiable?, ¿A qué trabajador le preocupa la empresa?, en fin muchas interrogantes.
     Conforme a esto, cabe destacar que en la mayoría de los casos se puede evidenciar que el éxito de las instituciones y de las empresas estriba en la forma como se gerencia y en la manera como los empleados asumen sus roles en constante disciplina, esto conduce a comprender que la forma de administración de estos entes tiene que ver mucho con la personalidad teniendo importancia el carácter, la voluntad, el aprovechamiento del tiempo, la forma en que se comunique con los demás en fin un perfil cónsono con la visión y misión de la institución o empresa.
     En este sentido, las personas que entran en una institución deben tener el deseo de superarse mientras realizan una loable labor, pudiendo encontrarse trabajadores categorizados por su forma de actuar; esto equivale a los que se destacan excelentemente y los que lo hacen de manera regular.
     Ahora bien, muchas personas realizan sus actividades de forma asertiva de acuerdo a sus capacidades y destrezas lo que conduce a identificar lideres dentro de ese ámbito laboral, si, líderes en función de desarrollar aquellas buenas actitudes que no debe exigir la empresa pero si debe exigirse el empleado, porque cada persona dentro de un ambiente de trabajo debe tener una visión personal de dar lo mejor; es decir se necesitan personas que lidericen sus acciones en función de lograr hacer la diferencia.
     Se necesitan personas preparadas para recibir órdenes, que solucionen problemas y tomen la iniciativa, que no desfallezcan ante las situaciones agobiantes, y por si fuera poco que estén siempre dispuestos a cumplir cuando se le exija o designen tareas urgentes que convertirán a la institución o empresa en un ente que cumple a tiempo con lo que se le indica. Estas acciones dejan por sentado que hacer la diferencia es un principio de la personalidad.
     Desde estas consideraciones, se visualiza que existen muchas vacantes disponibles para este tipo de empleados o personas con habilidades emprendedoras.
     Por consiguiente, se dice que en el ambiente de las empresas e instituciones públicas y privadas imperan ciertos modos de injusticia, pues esto no debe ser una barrera para quien quiera ingresar y salir adelante;  se sabe que la injusticia opera en todo estrato socio laborales.
     En consecuencia para todo aquel que ingresa a un medio laboral de alguna u otra forma, en un momento de su carrera tendrá que enfrentarse contra el fenómeno de la injustica. Mas, es razonable que la persona comience hacer la diferencia conforme a lo siguiente.
     La diferencia está en los que sufren injusticia y solo se lamentan y los que sufren injusticia pero se aferran en creer que su potencial personal, laboral e intelectual es mayor que cualquier iniquidad y en efecto garantizará su triunfo en el actual trabajo, en otra o en su propia empresa, .
     En conclusión, nunca exclame ¡Quiero crecer pero nadie me da la oportunidad! aférrese a sus propias capacidades y emprenda según su valor y visión, ¡que el éxito le acompañe!

        

      

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