sábado, 28 de julio de 2012

EL TEMPERAMENTO


CONOCIENDO EL SIGNIFICADO DE TEMPERAMENTO DESDE LA PSICOLOGÍA A LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA
Por Oxio Ramos
     Antes de iniciar este recorrido en la comprensión del concepto de temperamento se hace relevante presentar, un conjunto de términos que se manejan en el ámbito educativo que se derivan de otras ciencias, como la psicología evolutiva, psicología educativa y del desarrollo entre otras que aportan una eficaz ayuda a la pedagógica en su accionar frecuente en el proceso de enseñanza y aprendizaje, es importante aprender algunas definiciones para entrar a conocer lo que se denomina temperamento, término muy usado en la cotidianidad pero que no se refleja mucho en su esencia científica y a través de este enfoque se le da una oportuna información del mismo.
CONDUCTA DEFINICION
Es la manera como las personas se comportan en su vida y en las acciones, por lo tanto la palabra puede utilizarse como sinónimo de comportamiento. En este sentid, la conducta se refiere a  las acciones de las personas  en relación con su entorno o con su mundo de estímulos. En las ciencias sociales la conducta incluye aspectos genéticos, culturales, sociológicos y económicos, además de los aspectos psicológicos.
            La conducta es el conjunto de comportamientos observables en una persona, se divide en tres áreas: Mente (que incluye actividades como pensar, idealizar, recapacitar, etc.) Cuerpo (comer, hablar) y mundo externo (todo lo que le rodea).

CARÁCTER DEFINICIÓN
El carácter es una tendencia hacia un tipo de comportamiento que manifiesta una persona. Todos los elementos que integran el carácter se organizan en una unidad que se conoce como estabilidad y proporciona al carácter coherencia y cierto grado de uniformidad en sus manifestaciones, con los cambios lógicos que ocurren a lo largo de la vida.
ü  En el elemento psíquico del carácter interviene principalmente las funciones psíquicas, así como la acción del ambiente. A partir de esos elementos se desarrollan los factores individuales, que conforman el particular modo de reaccionar y enfrentar la vida que presenta una persona.
ü  En el elemento orgánico del carácter, existe una relación indispensable entre cuerpo y mente; el carácter posee también una base biológica que depende de elementos orgánicos como la constitución física y el temperamento.

TEMPERAMENTO DEFINICION
El temperamento es la base biológica del carácter y está determinado por los procesos fisiológicos y factores genéticos que inciden en las manifestaciones conductuales.

CARACTERISTICAS DEL TEMPERAMENTO
A través del estudio de las características morfológicas se pretende establecer relaciones entre tipos de temperamento y constitución somática. Se trata de asociar las características de una estructura física determinada, con características temperamentales específicas.
ü  Temperamento sanguíneo: Corresponde al predominio de la sangre: físicamente son individuos de estatura inferior a la media, buena musculatura, figura proporcionada. En sus manifestaciones de carácter presenta tendencia a la irreflexión, es sociable, poco tenaz y persistente.
ü  Temperamento melancólico: Predomina en él lo que Hipócrates llamaba la "bilis negra", se conoce también como tipo nervioso. Físicamente es delgado, de estatura normal o superior a la media, con tendencia a la palidez.
ü  Temperamento colérico: Predomina en su organismo la "bilis amarilla". De estatura normal o superior a la media; la piel presenta un tono amarillento.
ü  Temperamento flemático: Físicamente tienen tendencia a la obesidad, aunque pueden existir tipos delgados

ABORDAJE PEDAGÓGICO SEGÚN EL TEMPERAMENTO

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos.
   La atención pedagógica debe partir desde una concepción de la forma como aprende un niño, se debe tener en cuenta las variadas formas conductuales para que el proceso de aprender se fortalezca. En los niños se presentan estilos de comportamientos diferenciados y generan la personalidad en este sentido se estima que el acto de enseñar debe centrarse de acuerdo a la respuesta emocional del educando por lo que se puede razonar lo siguiente.
El temperamento colérico tiene un sistema nervioso fuerte, desequilibrado (predomina la excitación) y móvil. Las características de sus propiedades son: alta sensibilidad, aunque no tanto como el sanguíneo, alta actividad con predominio de la reactividad, ritmo rápido, rigidez y predominio de la introversión respecto a la extroversión. Un ejemplo de esto se observa cuando un niño  impetuoso, con facilidad se excita, con poco autocontrol, interrumpe las conversaciones y la clase para ofrecer su opinión sin reflexionar en ella. Manifiesta permanencia en las actividades, sobre todo, si son activas. No siempre se adapta con facilidad y lo demuestra con irascibilidad e impaciencia, no es versátil, sus intereses son bastante estables.
Los niños y las niñas con estas manifestaciones son acogidos por su fuerza y entrega a las actividades, sin embargo, son cuestionados y hasta rechazados por su impulsividad por el desconocimiento de sus características son tratados de manera agresiva, lo que favorece a unas respuestas agresivas.
El temperamento sanguíneo tiene un sistema nervioso fuerte, equilibrado y móvil. Las características de sus propiedades son: elevada sensibilidad, elevada reactividad, elevada actividad, equilibrio entre reactividad y actividad, ritmo rápido, elevada plasticidad y extroversión.
Los niños vivaces, alegres, activos, comunicativos, pasan de una actividad a otra con rapidez y facilidad, intranquilos, cuando le interesa una situación se concentran y se entregan a ella, sin embargo, si le resulta aburrida, se distraen y se entretienen conversando o en otras actividades. Sus estados afectivos son inestables, cambian con facilidad de estado de ánimo. Cuando los regañan o le prohíben algo, le cuesta trabajo controlarse y pueden llorar, pero lo olvidan en breve tiempo. Es impresionable y aunque, no se quedan callados, si les interesa lo que hace, es fácil de disciplinar. Se adaptan con rapidez a las nuevas circunstancias.
Con frecuencia, los niños y niñas con estas manifestaciones son acogidos con agrado por su manera de comunicarse y emprender acciones que les gusta, sin embargo, su reacción fuerte, su intranquilidad e inestabilidad emocional hacen que los padres y educadores los consideren difíciles de controlar, de mantener quietos y de complacer. Los regañan constantemente, les dicen que son “fuertes” y otras frases, que influyen en desorganizar su comportamiento, rebelarse, reaccionar con más fuerza, perder el interés, tratar de llamar la atención con su conducta y hasta obtener ganancias secundarias con sus estados emocionales.
El temperamento flemático tiene un sistema nervioso fuerte, equilibrado y lento. Las características de sus propiedades son: baja sensibilidad (reacciona a estímulos más fuertes), elevada actividad, baja reactividad, predomina la actividad respecto a la reactividad, ritmo lento, rigidez para adaptarse a nuevas circunstancias e introversión.
En el caso de los niños callados o introvertidos, generalmente, no comienzan las conversaciones y cuando lo hacen prefieren los monosílabos, no expresan con facilidad sus estados emocionales. Cuando otros reaccionan, ellos se mantienen inmutables, tranquilos. Son  lentos en la realización de sus actividades y en sus respuestas a las preguntas que le hacen. son pacientes y aunque no siempre lo demuestran, les  cuesta trabajo ajustarse a nuevas condiciones, se comprueba esto, por el desinterés o apatía que exhiben en los resultados no esperados en las actividades que ejecutan.
Los niños y niñas con estas manifestaciones son acogidos con agrado por su discreción, tranquilidad y paciencia, sin embargo, su lentitud provoca la irritación de los adultos que los rodean. Son muy criticados por ello y presionados, lo que puede provocarles tensiones innecesarias y rebeldía, que se perciben en un mutismo mayor, desinterés, resultados no esperados en sus actividades, mayor lentitud y hasta trastornos de hábitos como: tics, tartamudez, enuresis (orinarse en la cama), anorexia (falta de apetito), onicofagia (comerse las uñas) y otros.
El temperamento melancólico tiene un sistema nervioso débil. Las características de sus propiedades son: muy alta sensibilidad (muy susceptible), baja reactividad y actividad, ritmo lento, rigidez e introversión.
Son niños tranquilos, lentos, sus estados emocionales varían por hechos insignificantes, son  muy susceptibles, lloran con frecuencia, se ofende con rapidez y su abatimiento es duradero, son  poco comunicativos y cuando lo hacen, tardan en entablar la relación con los demás, se desconciertan con facilidad, son reservados en sus opiniones y estados emocionales, no se mantienen en una actividad porque ante los obstáculos pierden el ánimo y le cuesta trabajo recomenzar y rectificar, pierden  el control de sí mismos ante su inseguridad, su adaptación a nuevas circunstancias es difícil.
Los niños y niñas con estas manifestaciones son acogidos por su tranquilidad y muchas veces, enmascarada aceptación de las exigencias, sin embargo, son juzgados por su exagerada sensibilidad, su falta de persistencia, sus movimientos lentos y monótonos.
Es importante tener presente que ningún temperamento es bueno ni malo. La base de la dinámica de la actividad que regula está determinada por su sistema nervioso y es preciso conocer sus características para manejarla adecuadamente, para de esta manera poder alcanzar el máximo de las metas trazadas en cuanto a la educación se refiere.
La  conducción de los  diferentes tipos de temperamentos y sus combinaciones deben estar orientados a que los  niños y niñas deben ser educados de acuerdo con sus características individuales y entre ellas están, las de su temperamento, determinado por los rasgos de su sistema nervioso, por ello, aunque se ofrezcan orientaciones generales, éstas deben adaptarse  a cada niño y niña.
Sin embargo, se considera que existen tres reglas de oro de la educación de los niños y niñas que deben tenerse en cuenta en todos los casos: ofrecer amor (debe sentirse querido y aceptado) ser consistente en la disciplina (los miembros de la familia deben ponerse de acuerdo en las normas de conducta que van a establecer, cumplirlas y respetarse entre ellos) y ser consecuentes en la disciplina establecer las normas, las exigencias de acuerdo con la edad y las características del niño o niña.
Con frecuencia se usan en su educación, el castigo físico, las amenazas, las comparaciones y otros “métodos educativos” que no promueven un adecuado desarrollo psicológico, los padres y el maestro deben tener previstas tareas para cuando terminen o se aburran de la que están ejecutando.

CONCLUSION

   La evolución de la humanidad ha estado mezclada con un sin número de complejidades culturales que se fundamentan en las características más resaltantes de una persona las cuales influyen notablemente en su normal desenvolvimiento en la sociedad. Desde esta perspectiva se tiene que  aquellas personas que manifiestan actitudes sobresalientes en la ejecución de diferentes actividades deben recibir  el mayor apoyo para un desempeño más efectivo  y de igual forma aquellos que no tienen un ritmo de desempeño aceptable por la sociedad. A ellos especialmente se les debe dedicar un proceso de atención que busque de forma efectiva garantizarle su inclusión permanente dentro de la comunidad no solo para que logre una adaptación y aprendizaje de normas para la vida, también incluye  la empatía comprensiva de sus necesidades dentro de un proceso psicoeducativo, pluricultural que precise la transformación del contexto en un ambiente generador de estímulos que le posibiliten el desarrollo y máximo potencial de la persona, el cual debe estar implicado en la consolidación de aspectos como el carácter, temperamento y la conducta.

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