CONOCIENDO
EL SIGNIFICADO DE TEMPERAMENTO DESDE LA PSICOLOGÍA A LA PRÁCTICA PEDAGÓGICA
Por
Oxio Ramos
Antes de iniciar este recorrido en la comprensión del
concepto de temperamento se hace relevante presentar, un conjunto de términos
que se manejan en el ámbito educativo que se derivan de otras ciencias, como la
psicología evolutiva, psicología educativa y del desarrollo entre otras que
aportan una eficaz ayuda a la pedagógica en su accionar frecuente en el proceso
de enseñanza y aprendizaje, es importante aprender algunas definiciones para
entrar a conocer lo que se denomina temperamento, término muy usado en la
cotidianidad pero que no se refleja mucho en su esencia científica y a través
de este enfoque se le da una oportuna información del mismo.
CONDUCTA
DEFINICION
Es la manera como las personas se comportan en su
vida y en las acciones, por lo tanto la palabra puede utilizarse como sinónimo
de comportamiento. En este sentid, la conducta se refiere a las acciones de las personas en relación con su entorno o con su mundo de
estímulos. En las ciencias sociales la conducta incluye aspectos genéticos,
culturales, sociológicos y económicos, además de los aspectos psicológicos.
La conducta es el conjunto de
comportamientos observables en una persona, se divide en tres áreas: Mente (que
incluye actividades como pensar, idealizar, recapacitar, etc.) Cuerpo (comer,
hablar) y mundo externo (todo lo que le rodea).
CARÁCTER DEFINICIÓN
El carácter es una tendencia hacia un tipo de comportamiento que manifiesta una persona. Todos los elementos que integran el
carácter se organizan en una unidad que se conoce como estabilidad y
proporciona al carácter coherencia y cierto grado de uniformidad en sus
manifestaciones, con los cambios lógicos que ocurren a lo largo de la vida.
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En el elemento psíquico del
carácter interviene principalmente las funciones psíquicas, así como la acción del ambiente. A partir de esos elementos se desarrollan los factores individuales,
que conforman el particular modo de reaccionar y enfrentar la vida que presenta
una persona.
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En el elemento orgánico del
carácter, existe una relación indispensable entre cuerpo y mente; el carácter
posee también una base biológica que depende de elementos orgánicos como la constitución física y el temperamento.
TEMPERAMENTO DEFINICION
El temperamento es la base biológica del carácter y está
determinado por los procesos fisiológicos y factores genéticos que inciden en las
manifestaciones conductuales.
CARACTERISTICAS DEL TEMPERAMENTO
A través del estudio de las características morfológicas se pretende establecer relaciones
entre tipos de temperamento y constitución somática. Se trata de asociar las
características de una estructura física determinada, con características temperamentales específicas.
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Temperamento sanguíneo:
Corresponde al predominio de la sangre: físicamente son individuos de estatura inferior a la media, buena
musculatura, figura proporcionada. En sus manifestaciones de carácter presenta
tendencia a la irreflexión, es sociable, poco tenaz y persistente.
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Temperamento melancólico:
Predomina en él lo que Hipócrates llamaba la "bilis negra", se conoce
también como tipo nervioso. Físicamente es delgado, de estatura normal o
superior a la media, con tendencia a la palidez.
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Temperamento colérico:
Predomina en su organismo la "bilis amarilla". De estatura normal o
superior a la media; la piel presenta un tono amarillento.
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Temperamento flemático:
Físicamente tienen tendencia a la obesidad, aunque pueden existir tipos delgados
ABORDAJE PEDAGÓGICO SEGÚN EL TEMPERAMENTO
La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la
habilidad para manejarlos.
La atención pedagógica
debe partir desde una concepción de la forma como aprende un niño, se debe
tener en cuenta las variadas formas conductuales para que el proceso de
aprender se fortalezca. En los niños se presentan estilos de comportamientos
diferenciados y generan la personalidad en este sentido se estima que el acto
de enseñar debe centrarse de acuerdo a la respuesta emocional del educando por
lo que se puede razonar lo siguiente.
El temperamento colérico tiene un sistema nervioso fuerte, desequilibrado (predomina la
excitación) y móvil. Las características de sus propiedades son: alta
sensibilidad, aunque no tanto como el sanguíneo, alta actividad con predominio
de la reactividad, ritmo rápido, rigidez y predominio de la introversión
respecto a la extroversión. Un ejemplo de esto se observa cuando un niño impetuoso, con facilidad se excita, con poco
autocontrol, interrumpe las conversaciones y la clase para ofrecer su opinión
sin reflexionar en ella. Manifiesta permanencia en las actividades, sobre todo,
si son activas. No siempre se adapta con facilidad y lo demuestra con
irascibilidad e impaciencia, no es versátil, sus intereses son bastante
estables.
Los niños y las niñas con estas manifestaciones son acogidos por
su fuerza y entrega a las actividades, sin embargo, son cuestionados y hasta
rechazados por su impulsividad por el desconocimiento de sus características
son tratados de manera agresiva, lo que favorece a unas respuestas agresivas.
El temperamento sanguíneo tiene un sistema nervioso fuerte, equilibrado y móvil. Las
características de sus propiedades son: elevada sensibilidad, elevada
reactividad, elevada actividad, equilibrio entre reactividad y actividad, ritmo
rápido, elevada plasticidad y extroversión.
Los niños vivaces, alegres, activos, comunicativos, pasan de una
actividad a otra con rapidez y facilidad, intranquilos, cuando le interesa una
situación se concentran y se entregan a ella, sin embargo, si le resulta
aburrida, se distraen y se entretienen conversando o en otras actividades. Sus
estados afectivos son inestables, cambian con facilidad de estado de ánimo.
Cuando los regañan o le prohíben algo, le cuesta trabajo controlarse y pueden
llorar, pero lo olvidan en breve tiempo. Es impresionable y aunque, no se
quedan callados, si les interesa lo que hace, es fácil de disciplinar. Se
adaptan con rapidez a las nuevas circunstancias.
Con frecuencia, los niños y niñas con estas manifestaciones son
acogidos con agrado por su manera de comunicarse y emprender acciones que les
gusta, sin embargo, su reacción fuerte, su intranquilidad e inestabilidad
emocional hacen que los padres y educadores los consideren difíciles de
controlar, de mantener quietos y de complacer. Los regañan constantemente, les
dicen que son “fuertes” y otras frases, que influyen en desorganizar su
comportamiento, rebelarse, reaccionar con más fuerza, perder el interés, tratar
de llamar la atención con su conducta y hasta obtener ganancias secundarias con
sus estados emocionales.
El temperamento flemático tiene un sistema nervioso fuerte, equilibrado y lento. Las
características de sus propiedades son: baja sensibilidad (reacciona a
estímulos más fuertes), elevada actividad, baja reactividad, predomina la
actividad respecto a la reactividad, ritmo lento, rigidez para adaptarse a
nuevas circunstancias e introversión.
En el caso de los niños callados o introvertidos, generalmente, no
comienzan las conversaciones y cuando lo hacen prefieren los monosílabos, no
expresan con facilidad sus estados emocionales. Cuando otros reaccionan, ellos
se mantienen inmutables, tranquilos. Son
lentos en la realización de sus actividades y en sus respuestas a las
preguntas que le hacen. son pacientes y aunque no siempre lo demuestran,
les cuesta trabajo ajustarse a nuevas
condiciones, se comprueba esto, por el desinterés o apatía que exhiben en los
resultados no esperados en las actividades que ejecutan.
Los niños y niñas con estas manifestaciones son acogidos con
agrado por su discreción, tranquilidad y paciencia, sin embargo, su lentitud
provoca la irritación de los adultos que los rodean. Son muy criticados por
ello y presionados, lo que puede provocarles tensiones innecesarias y rebeldía,
que se perciben en un mutismo mayor, desinterés, resultados no esperados en sus
actividades, mayor lentitud y hasta trastornos de hábitos como: tics,
tartamudez, enuresis (orinarse en la cama), anorexia (falta de apetito),
onicofagia (comerse las uñas) y otros.
El temperamento melancólico tiene un sistema nervioso débil. Las características de sus
propiedades son: muy alta sensibilidad (muy susceptible), baja reactividad y
actividad, ritmo lento, rigidez e introversión.
Son niños tranquilos, lentos, sus estados emocionales varían por
hechos insignificantes, son muy
susceptibles, lloran con frecuencia, se ofende con rapidez y su abatimiento es
duradero, son poco comunicativos y
cuando lo hacen, tardan en entablar la relación con los demás, se desconciertan
con facilidad, son reservados en sus opiniones y estados emocionales, no se
mantienen en una actividad porque ante los obstáculos pierden el ánimo y le
cuesta trabajo recomenzar y rectificar, pierden
el control de sí mismos ante su inseguridad, su adaptación a nuevas
circunstancias es difícil.
Los niños y niñas con estas manifestaciones son acogidos por su
tranquilidad y muchas veces, enmascarada aceptación de las exigencias, sin
embargo, son juzgados por su exagerada sensibilidad, su falta de persistencia,
sus movimientos lentos y monótonos.
Es importante tener presente que ningún temperamento es bueno ni
malo. La base de la dinámica de la actividad que regula está determinada por su
sistema nervioso y es preciso conocer sus características para manejarla
adecuadamente, para de esta manera poder alcanzar el máximo de las metas
trazadas en cuanto a la educación se refiere.
La conducción de los diferentes tipos de temperamentos y sus
combinaciones deben estar orientados a que los niños y niñas deben ser educados de acuerdo
con sus características individuales y entre ellas están, las de su
temperamento, determinado por los rasgos de su sistema nervioso, por ello,
aunque se ofrezcan orientaciones generales, éstas deben adaptarse a cada niño y niña.
Sin embargo, se considera que existen tres reglas de oro de la
educación de los niños y niñas que deben tenerse en cuenta en todos los casos:
ofrecer amor (debe sentirse querido y aceptado) ser consistente en la
disciplina (los miembros de la familia deben ponerse de acuerdo en las normas
de conducta que van a establecer, cumplirlas y respetarse entre ellos) y ser
consecuentes en la disciplina establecer las normas, las exigencias de acuerdo
con la edad y las características del niño o niña.
Con frecuencia se usan en su educación, el castigo físico, las
amenazas, las comparaciones y otros “métodos educativos” que no promueven un adecuado
desarrollo psicológico, los padres y el maestro deben tener previstas tareas
para cuando terminen o se aburran de la que están ejecutando.
CONCLUSION
La evolución de la humanidad ha estado
mezclada con un sin número de complejidades culturales que se fundamentan en
las características más resaltantes de una persona las cuales influyen
notablemente en su normal desenvolvimiento en la sociedad. Desde esta
perspectiva se tiene que aquellas
personas que manifiestan actitudes sobresalientes en la ejecución de diferentes
actividades deben recibir el mayor apoyo
para un desempeño más efectivo y de
igual forma aquellos que no tienen un ritmo de desempeño aceptable por la
sociedad. A ellos especialmente se les debe dedicar un proceso de atención que
busque de forma efectiva garantizarle su inclusión permanente dentro de la
comunidad no solo para que logre una adaptación y aprendizaje de normas para la
vida, también incluye la empatía
comprensiva de sus necesidades dentro de un proceso psicoeducativo,
pluricultural que precise la transformación del contexto en un ambiente
generador de estímulos que le posibiliten el desarrollo y máximo potencial de
la persona, el cual debe estar implicado en la consolidación de aspectos como
el carácter, temperamento y la conducta.
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